jueves, 9 de febrero de 2012

Estafador de sentimientos.

                                       Cuando mi hermana Carmen me presentó a su novio, creí morirme. Al instante supe que era un vividor, uno de estos que se aprovechan de la incauta de turno y después pasan a la siguiente. Lo conoció en una discoteca y él le pidió su número de teléfono, la muy tonta se lo dio y ahora la había manipulado de tal manera que incluso se creyó cuando le dijo que era un gran empresario. 
                                   Carmen era así desde pequeña, se lo creía todo, no tenías que darle pruebas de ningún tipo, ella simplemente pensaba que la mayoría de la gente era buena. 
                            Nos reunimos una tarde en su casa para tomar algo y presentármelo. El muy asqueroso ya estaba viviendo con ella. Disimulé cuanto pude, mostré mi mejor sonrisa y él se lo creyó. Cuando nos quedamos solas, mi hermana, que había tomado unas cuantas copas de vino, se me confió.
                                    —Lucía, es el mejor amante que he tenido. Los preliminares en la cama duran horas, me pone a cien y además es sensible y tierno, se preocupa más por mí que por él, de verdad soy muy feliz.
                                         —Así que era eso...el tipejo se la había trabajado bien— pensé. 
                                         Inútil fue el tiempo que empleé en intentar convencerla de que eso no lo es todo en una relación, que hay cosa más importantes y que debería tenerlas en cuenta.
                                           Pero no entendió nada. Entonces pensé en dejarla disfrutar durante unos meses del sexo y esperar que ella viniera a mí.
                                            Nos veíamos con frecuencia, un mes y medio después me dí cuenta de que Carmen había cambiado. Noté la preocupación en su rostro y un punto de tristeza que no era habitual en ella. Salimos a almorzar a un restaurante cercano, él vino más tarde. Cuando llegó lo observé mientras caminaba hacia nuestra mesa. Derecho, arrogante y presuntuoso, vestido con una camisa  clara y jersey sobre los hombros un tono más oscuro, zapatos de ante haciendo juego, todo un caballero me mofé, sólo le hace falta un trabajo y un puesto de jefe.
                               Cuando mi hermana y yo nos encontramos de nuevo solas en su casa, me confesó lo que le pasaba. Durante ese mes había gastado su visa y un préstamo bancario. Hablamos durante largo rato. Cuando llegó, se encontró las maletas en la calle.
                                      Jamás supimos de él, se marchó en busca de su nueva víctima.


























                                          

1 comentario:

  1. Hola Maca,yo tambien he sido victima de un estafador de sentimientos,de un mujeriego,que aun sabiendo que le puso los cuernos a su mujer confié en él,pero la cabra tira para el monte y me los puso a mi tambien.Me pasó como a tu hermana,que mi familia en cuanto lo vió no le gustó.A mi no me ha sacado dinero,me a estafado mis sentimientos,lo he querido con locura pero para él he sido una mas.
    Es una pena que haya personas que se dediquen a hacer daño de esta manera.

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Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.