miércoles, 11 de enero de 2012

Un final distinto...



                             
                        Sigrid se acercó una vez más para rogarle que no fuera. Durante la noche sueños  horribles interrumpieron su descanso. El druida había confirmado sus sospechas. Él no regresaría. 

                        Pero era un hombre rudo, no entendía lo que decía y sólo hablaba de aquella gente en un lugar lejano, que le necesitaba. No tuvo ni siquiera piedad cundo le nombró al hijo que esperaban, no conocería a su padre si él moría en la batalla. Las abundantes lágrimas que caían por su rostro hizo que él decidiera la rápida partida. 
                           En el patio del castillo, Crispín y Goliath lo esperaban, los caballos preparados y los soldados que les acompañarían también. Sigrid subió a una de las almenas para poder verlo de lejos. 
                              Un pañuelo rojo fue lo último que vio el capitán Trueno. 
                           La guerra fue cruenta y como todas, sin sentido. Un año más tarde, al volver de nuevo a casa, fue acribillado de la manera más absurda...una flecha de un soldado olvidado penetró en su cuerpo y... en su alma. 
                                Su últimos recuerdo... para la mujer que amaba.









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