martes, 24 de mayo de 2011

Cumplió mis expectativas.


                 Estaba leyendo en silencio, de tan concentrada no oí los pasos a mi espalda, cuando puso su mano en mi hombro, di un sonoro grito que hizo que diera un paso atrás y se asustara tanto como yo. Estábamos en su casa, solía pasar los fines de semana con él, cuando no tenía obligaciones familiares, porque yo, era su amante. 
                        No era un plato de buen gusto ser la amante de nadie, eso pensaba cuando era más joven, pero hoy día había cambiado de opinión y lo llevaba con gusto y alegría. Dada mi forma de ser, me venía al pelo, pues me costaba muy mucho estar durante tiempo con la misma persona, terminaba aburriéndome y deseaba al poco, cambiar de pareja. Así que cuando conocí al que es mi amante en este momento y me enredé con él, me dí cuenta que había encontrado mi manera de emparejarme. Nos veíamos los fines de semanas, no todos, porque sus obligaciones a veces se lo impedían, pero como llevábamos una relación abierta, no teníamos problemas, si él no estaba, existía la posibilidad de que estuviera otro.
                           Y así, llevábamos un año. Entonces cumplí los treinta, celebré mi cumple. de lo más feliz, pero meses después, mi forma de pensar empezó a cambiar. Yo fui la primera en preocuparme, no entendía esa manía que me había dado por achuchar a los hijos de mis amigas o cuando paseaba por el parque y me quedaba mirando como tonta a los bebés en los cochecitos. Era algo muy extraño y que nunca me había pasado. Pronto me di cuenta que el sentido de la maternidad, golpeaba mi puerta. Lo asumí como algo natural, a mi amante se lo dije, él, como también es natural, salió corriendo y yo, me quedé más sola que la una pensando lo que iba a hacer a continuación.
                             Pues me dije que en principio, intentaría encontrar la pareja adecuada, porque un niño, mejor con un padre y una madre. Así que buscaría un hombre que me pareciera apropiado para ser el padre de mi futuro hijo. Y como la vida marca las pautas, no tardé mucho en hallar una persona con las características que deseaba. Claro, que había un problema, pues él, era quince años mayor que yo y siempre me gustaron los hombres jóvenes. Pero una vez que lo conocí, resultó que olvidé todo lo que al principio no me gustó, era la persona ideal, jovial y extrovertido, generoso y humanitario, llegué incluso a adaptarme a su lado perfeccionista y trabajador. 
                              Cumplió mis expectativas. Hoy día, después de muchos años, tenemos una familia perfecta, yo puedo sentir que él, me ayudó a encontrar la felicidad.






2 comentarios:

  1. Hola, amiga,amada, amante,amor de sus amores.Tus sentires se sienten y se comparten, eso es lo que más me gusta de ellos.Dentro hay mucho mensaje y mucha camaradería.¡me gusta! gracias por compartir

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  2. Chiquii, gracias por tu comentario, ya sabes lo que eso significa, apoyo y entusiasmo. Besitos.

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Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.