martes, 24 de mayo de 2011

Aquellas fiestas inolvidables.

                      El inicio del Otoño, siempre se celebró en mi pueblo de una forma un tanto disparatada,  aquel año, no iba a ser diferente. Empezaron los preparativos como siempre casi un mes antes y a una semana de empezar las fiestas, estaba todo listo. Para la ocasión, las chicas nos comprábamos trajes nuevos, lo más coloridos posible, así se usaba, llegaban turistas de muchos lugares que nosotros no visitaríamos ni en sueños, pero ellos nos traían un trocito de su país, nos contaban historias y cosas que serían ciertas ó no, pero que nos hacían creer que realmente éramos un poco más cosmopolitas.
                        Y las fiestas empezaron como siempre, un Domingo. Se montaba en la plaza mayor, una enorme carpa en donde el ayuntamiento invitaba a todo tipo de comida y bebidas, largas mesas de madera, con bancos, en un extremo, en el otro, una tarima alta en donde se reunirían músicos y actuaciones.                         
                        Aquel año, pensé que sería uno de los últimos en que participaría en las fiestas, porque aunque aún no se lo había dicho a mi familia, pensaba marcharme. Me sentía con ganas de ver otros lugares, de conocer otros sitios y ya era bastante mayor para tomar decisiones por mi cuenta. Me embargó un poco la tristeza al pensar en todo eso, intenté alejar los pensamientos negativos de mi y volví de nuevo a la realidad.
                    En eso, el cielo, hasta ahora  azul y soleado, empezó a encapotarse y se escuchó un murmullo de disgusto, mi hermana y yo, corrimos a casa a buscar paraguas y chubasqueros antes de que empezara la lluvia. Regresamos al rato ya mojadas y entre risas, moviendo las cabezas húmedas por el agua. Disfrutamos de las horas en las que estuvimos bajo la carpa con nuestra familia y amigos, al atardecer, empezó el baile, divertido al máximo.
                                   Fue mi último participación en las fiestas de mi pueblo, pero nunca las olvidaré, lo que he vivido después, no tiene semejanza a lo que dejé atrás.

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