En medio del dolor, la incertidumbre. En medio del dolor, el odio. En medio del dolor, la rabia.
Estaba a punto de parir mi segundo hijo. La noche anterior, él había salido de copas con los amigos, cuando de madrugada empecé con los dolores y le avisé, me fue imposible despertarle, aún le duraba la borrachera.
Así que ahora, en medio de las contracciones, entre gritos, me agarraba a una mano amiga de la que no sabía su nombre, porque la mano que debería estar entre las mías....
Apareció minutos antes de que el bebé naciera. Instantes de sentimientos encontrados, de intensa amargura, de honda rabia, de hastío, de extenuación de años. No tuve que reflexionar mucho o con él o contra él. No eran momentos para discusiones, no tenía ganas ni fuerzas, estaba en cosas más importantes. Hagamos como que no pasa nada.
De esta historia hace ya diecisiete años, hoy día, puedo contarla así, brevemente, me ha costado mi tiempo. De él, lo único que puedo decir, es que en cuanto pude...lo alejé de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.