No dejo de pensar en ella. Los fines de semana que pasábamos juntas, en la playa, las tardes en el parque, los niños pequeños. Cuando le hablaba de mis sentires y ella de los suyos. Compartimos casi una vida. Estábamos de acuerdo en muchas cosas y si no era así, lo comentábamos sin problema. Seis años sin vernos, fue el terrible desencadenante del cambio, ella para un lado, yo, para otro.
Se fue de la ciudad porque encontró al hombre de su vida, eso me dijo, la apoyé en su decisión. Ahora, todo es distinto, no la conozco. Intolerante y rígida como pocas personas. Lo siento más por ella que por mí. No creo que sea feliz. Me apena ese cambio tan brutal. Es algo patológico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.