viernes, 1 de abril de 2011

Conocí el amor.

                El día en que me tropecé con ella, no lo olvidaré facilmente. Me pareció tan absolutamente hermosa, que durante mucho tiempo, no pude dejar de recordarla.
             Pero no fue hasta meses más tarde, cuando la volví a ver. Yo seguía con mis habituales paseos nocturnos en pos de la impresionante aparición, pero ella parecía que huía en cuanto sabía que me encontraba en el bosque. Aquella noche, en que el  azul del cielo, inundaba por completo los alrededores, apareció de nuevo. Entonces, me habló.
                Mantuvimos una larga e intensa conversación, ella sólo quería ser humana y yo pensé que me convertiría en lo que fuera con tal de estar a su lado. Para ella, era imposible, para mí resultaba más sencillo. Sólo tenía que encontrar alguien que estuviera realmente enamorado. Y la encontré.
                    Pasé las pruebas pertinentes y me aceptaron, durante el resto de mis días, supe lo que hasta entonces se me había negado, conocí el amor y...la auténtica felicidad.

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