Supe de tu silencio cuando tu mirada me habló. Supe que a partir de ese día, ni tu ni yo seríamos los mismos. No hubo cambios excesivos ni tan siquiera palabras, sólo tu y yo.
Fueron momentos intensos y formas de amar diferentes, pero en el instante en que tu boca se unió con la mía, supe que el mundo entero había paralizado su ruta, sólo tu y yo.
No paré mi vida por tu ausencia, asumí en poco tiempo que la huella que dejaste tenía que borrarla, porque en aquel momento de sensaciones, éramos tu y yo.
Me sobrecogió cuando sin esfuerzo, desapareciste, no había enigmas, ni tan siquiera un pequeño secreto, porque en esos instantes... sólo estábamos en el mundo, tu y yo.
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