viernes, 4 de febrero de 2011

UN INVIERNO DURO.


Posted by PicasaEl invierno había sido duro, la nieve no nos dejó ni un sólo día de paz y en todas las casas, nos movíamos a base de palas para poder salir por las mañanas. Mi vecino y yo, nos veíamos todos los días, pala en mano, botas de goma y si nos ayudábamos a caminar, mejor. Él era un hombre de unos cuarenta años, llevaba viviendo en esa casa hacía ya casi diez, los mismos que yo había heredado la de mis padres. Éramos buenos amigos y compartíamos muchos momentos de nuestra propia soledad. Aquella mañana en que parecía que iba a ser igual que cualquier otra, las cosas cambiaron cuando se desencadenó una fuerte tormenta y todos lo que estábamos en la calle, corrimos a nuestras casas a guarecernos. Richard y yo, asustados, también caminamos con rapidez, nuestra zona no quedaba lejos y al poco estábamos en ella. 
                                Al día siguiente, todo había pasado, un rayo de sol, salió a primera hora y llenó de calor la ciudad, los habitantes, nos sentimos felices, cambiamos nuestras caras de pesar por otras de alegría y bienestar.
                                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.