viernes, 18 de febrero de 2011

LA CONFERENCIA.


Posted by PicasaLos oyentes que se suponía  habían venido a escuchar mi conferencia, no se les veía muy interesados, según empecé mi charla, ellos empezaron también la suya y ni siquiera yo escuchaba mis palabras. Al rato de estar hablando, me sentí tan enfadado, que paré la conversación, me puse en pié y en un absoluto silencio, miré al público distraído. El barullo fue acallándose poco a poco, quedando sólo un murmullo que al rato terminó en un suave silencio. 
                         Entonces, con un educado gracias, empecé de nuevo. Una hora más tarde, terminé y me marché con toda tranquilidad. Iba caminando por la calle trasera del auditorio, cuando una voz me llamó, me volví y vi una mujer que corría al lugar en donde me encontraba.
                             Ella había escuchado mis palabras, no le había parecido bien la reacción del público y me buscaba para congraciarse conmigo. Hablamos durante un rato y después terminamos tomando un café en un lugar cercano. Era una mujer más o  menos de mi edad, activa y bromista, agradable, buena conversadora. El tiempo que pasamos tomando café, realmente, fue de una rapidez increíble, porque ella, con esa forma de ser, hacía que las horas, parecieran, no minutos, sino segundos.

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