En el suave silencio de la madrugada, en donde se escuchan sólo los pensamientos, veía pasar los míos como si de una película se tratara, era algo tan real como si me estuviera sucediendo ahora mismo, pero no podía evitar verlo de esa manera. Sólo pequeños instantes, momentos en que la toma de decisiones en aquellos días en que resultaba todo tan duro y complicado, ahora lo veía de una manera mucho más clara. Pero podía darme cuenta, de que el paso del tiempo me había ayudado a etiquetar las cosas de una manera totalmente distinta.
Así fue, el que realmente no hubiera podido llevar a cabo una lucha como la que tenía pensada, ya que mi salud emocional no me daba para ello. Quizá los propósitos que tenía en mente, tuve que transformarlos y fue un esquema totalmente diferente al que me tuve que adherir y al que no estaba preparada.
Lo que quiera que fuera, lo cierto, es que el destino quiso que las cosas sucedieran de una forma totalmente diferente a la esperada, por lo cual, una vez que acepté el devenir de los acontecimientos, todo empezó a suceder de una manera más accesible y cómoda, me sentí mucho más coherente con lo que estaba viviendo, deduje que la vida que me había tocado vivir, era esta, por lo cual, tenía, simplemente que aceptarla.
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