miércoles, 29 de diciembre de 2010

LA SUERTE


                       Subió las escaleras de dos en dos, la felicidad pintada en la cara, convertida en una sonrisa que no podía evitar casi transformarla en carcajada. Era un día tan especial para ella, que de tan extraordinario, se convertía, según su joven criterio, en el mejor de su vida. Había conseguido la beca. Iba a estudiar fuera de su casa y de su país, era algo que quería desde siempre, su sueño se veía cumplido.
            Pero ese no fue el mejor sueño de su vida, porque ahora que habían pasado varios años, recordando aquel momento, realmente, no fue el mejor. Superó con creces, el conocer a aquel hombre, con el que convivió cinco años y que hoy pensaba que no creía  encontrar jamás nadie parecido a él.
        Era una persona especial en todos los sentidos, aparte de ser mi amigo y compañero, era sensible para cualquier tipo de situación, nos entendíamos a la perfección. Quiso el destino, que nos separáramos y quizá querría el destino que nos volviéramos a encontrar. En fin, no sabemos cuando la fortuna está de nuestra parte, sólo esperaba que en este caso, los hados, estuvieran de la mía.


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