martes, 28 de diciembre de 2010

CONOCIMIENTO PROFUNDO

                  Conocernos tan profundamente, no me parecía que fuera nada bueno, porque a la mínima que uno de los dos actuara de determinada manera o dijera algo fuera de lugar, el otro ya sabía el porqué de esa extraña actitud. Pero el llevar tantos años juntos, tan unidos siempre en  todo, nos había empujado a esa situación. A veces deseaba tener a mi lado una persona que no me conociera tan bien, me sentía de alguna forma acosada por su percepción de mi persona, me causaba una sensación de agobio y malestar.
                     Pensé que la única forma de conservar un poco de mi intimidad, era mantener un secreto, que él supiera que existía, pero que no pudiera averiguar cual era. Así que tres veces en semana salía de casa, a la pregunta de adonde vas, la respuesta era simplemente quedé con una amiga. Un mes más tarde, no se le veía muy conforme con mis salidas, me miraba extrañado. Cada vez que le decía que iba a la calle, se le notaba incómodo y molesto, deseaba que al fin pudiera ir entendiendo que yo tenía mi propia vida, que aunque ficticia y simulada, era una forma de vivir que no tenía nada que ver con la suya.
                   Pero entonces, él empezó a actuar del mismo modo, no se como no lo esperé, personas tan iguales, tendrían que actuar de manera parecida. También salía unas horas antes que yo, se arreglaba al máximo y lo veías como si fuera a un baile. La rabia me invadió, no me lo podía creer, este tonto, actuando de la misma forma que esta tonta.
                   Aguanté una semana, al cabo, lo senté delante de mí y le conté lo que estaba pasando, él me refirió casi lo mismo. Decidimos que mejor era conocernos como nos conocíamos, que no tener que fingir inexistentes relaciones.              
          

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