EL PRESENTE

                      Los años no lo habían tratado mal, pensó mientras esperaba el metro que lo llevaría al centro, era un hombre sano, tenía una buena paga de jubilado, no se podía quejar. Se comparaba con otros conocidos, que a duras penas llegaban a fin de mes. Tenía sesenta y siete años, una jubilación reciente y la vida que le tocara por delante. Siempre había vivido al día, nunca podías saber lo que te deparaba el segundo siguiente, así que no valía la pena estar haciendo planes a largo plazo, ni a corto. 

                          Se bajó en su parada, dirigiéndose al  centro de salud correspondiente, recogió el resultado de los análisis y salió satisfecho de los resultados, pues todo estaba perfecto, la doctora le dijo que parecía una persona mas joven. Hoy había quedado para comer con un amigo cerca de allí, se dirigió caminando al restaurante, entró y pidió una cerveza, al poco vio llegar a Adrián, habían mantenido la amistad desde jóvenes, era difícil, pero ellos lo consiguieron. Hablaron largo y tendido de sus cosas, hacía tiempo que no se veían. Al terminar de comer, una vez en los postres, su amigo le confió que su hijo mayor estaba enfermo, que iba a viajar con él a Estados Unidos, porque necesitaba un tratamiento que aquí no podían darle, ya que ni siquiera existía.

                                 Se ofreció inmediatamente a acompañarle, no tenía problema de dinero, podía pagar su pasaje, su amigo no se desenvolvía bien con el ingles, cosa que a él no le sucedía. Quince días mas tarde, viajaron a Houston los tres, estuvieron seis meses, pues el tratamiento fue largo y esperaron hasta que finalizó. Todo salió a pedir de boca, el chico regresó en buen estado, pendiente ahora de sus revisiones. Pero Armando, que así era el nombre de nuestro protagonista y Adrián, decidieron marcharse a vivir a aquel país por el que tan bien acogidos se habían sentido y como los dos vivían el presente, porque no sabían lo que les depararía el futuro, no lo pensaron mas, meses mas tarde, estaban en Houston, felices y sabiendo que hacían lo que se les apetecía en aquel momento.