domingo, 1 de agosto de 2010

PEDRO

Es uno de mis mejores amigos, incondicional y generoso. Autocrítico y vulnerable.Dependiente de sus amigos, familia y demás. Y sufre... sufre por lo que tiene que sufrir y por lo que no. Su vida es una auténtica tortura. Pedro sufre por el amigo enfermo y por el sano, que se puede enfermar porque fuma o bebe mucho, sufre cuando aquel le habló de manera tan déspota, o porque el otro le dijo algo fuera de tono. Con o sin razón, él lo pasa mal, pero a todos les abre de nuevo los brazos, no pone límites, los deja pasar de nuevo. Ahora está enfadado conmigo, creo que conociéndolo, metí la pata en una conversación que tuvimos y está resentido. Hay personas que como Pedro, parece que atraen ese tipo de gente y no es así es que al no poner las normas claras y los límites demasiado amplios, hace que los otros se sobrepasen. Entonces Pedro se encierra en su casa a pensar en ello varios días. Hay muchos Pedros en el mundo, al que los hacen sufrir sobretodo, la educación que recibieron, los apegos, la vulnerabilidad, el miedo al rechazo, la baja autoestima, el miedo a la muerte suya o de otros. Dice el experto, que el mejor antídoto para la preocupación y el sufrimiento, es la acción. Ejercicio físico una hora diaria. La relajación es muy recomendable. Y para quien pueda permitírselo, las terapias dan muy buen resultado.

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