Me miró directamente a los ojos y me dijo,—Si no tienes experiencias, si no vives, no puedes escribir porque no tienes nada que transmitir.
Durante días, recordé aquellas palabras. Es cierto que ultimamente no vivía, mis experiencias eran mínimas y sólo podía escribir en base a cosas pasadas. Entonces decidí cambiar mi forma de vivir, empecé a contactar con amigos y pude compartir historias de unos y otros. Fue efectivo. Al poco, me dí cuenta de que mi creatividad iba en aumento y que tenía cosas que decir.
Desde aquí, querida Raquel, gracias.
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