sábado, 10 de diciembre de 2011

Penas en el alma.

                                Caminaban juntos, manos unidas y cabezas gachas mirando al suelo. Sabían que todo estaba a punto de acabar, que la relación no daba más de sí, que era imposible seguir juntos.
                                 Pero a pesar de saberlo, algo les incitaba a seguir un rato más de la mano, como si fuera la oportunidad perdida, quizá pensando que existía la posibilidad de un mágico hechizo desconocido. 
                                   Ojos llorosos y pena en el alma. La pareja mantenía unida su pena durante un rato más, quizá pensando que en breve la historia acabaría y que juntos terminarían ese momento tan angustioso.
                    Caminaron un rato más sin pensar en nada, sólo los recuerdos se agolpaban en sus mentes, una revuelta de sensaciones y sentimientos que no podían deshacer.
                                 Al rato, terminaron de pensar y de inquietarse, una calma de lo más apacible los invadió y fue en ese momento cuando sintieron que sus males habían acabado y que las ansias y las penas de tiempo atrás eran cosa del pasado.                 

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