lunes, 14 de noviembre de 2011

Agradecimientos.


 Como todos los días, me despertó la madrugada, el café y yo, buenos amigos, nos saludamos y me dediqué a los agradecimientos diarios. Agradecí estar viva un día más, también mi familia y mis amigos. Agradecí poder sentir, oír, oler, ver...agradecí tener un plato de comida en mi mesa, dinero para poder comprar y salud suficiente para moverme. Agradecí las ilusiones diarias, el que mi familia y amigos, también tuvieran salud, que todos nos sintiéramos lo suficientemente afortunados para compartir, unos con otros nuestra dicha. 
                    Pedí por todo ese mundo que sufre, que le ha tocado vivir una vida desarraigada y sin esperanza, por esa gente que espera sin esperar, que nos mira desde el otro lado, esperando algo que no sabe ni lo que es.  Mientras pensaba en todo esto, encendí incienso y prendí unas cuantas velas, cada una por una causa distinta, algunas por amigas, que necesitaban algún tipo de ayuda, como siempre decía, al pedir lo deseado, si es para su bien. Una vez terminada toda esta parafernalia, me dediqué a mirar, relajada y tranquila, como llegaba el nuevo día, observé como el sol ocupaba el cielo, sin darme cuenta, estaba agradeciendo....tener ojos para poder verlo.


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