martes, 9 de agosto de 2011

La mujer triste.


                                           Cuando Rayco entró en mi vida, yo estaba pasando un delicado momento emocional, recientemente habían muerto mis padres en un accidente de tráfico, no era una buena compañía. Pero de alguna forma el aceptó mi tristeza y el pesar que me acompañaba a todos sitios. Me cuidaba e intentaba hacerme la vida más alegre. Siempre pensé que el tiempo iría difuminando mis penas. Así fue.
                            Mi carácter siempre fue alegre y optimista, deseaba con todas mis fuerzas volver a ser la de antes. Poco a poco lo conseguí. Cierto es que Rayco fue de gran ayuda en ese año. Él no me había conocido como yo era realmente, cuando volví a ser la misma, se sorprendió. Empezamos a tener problemas, discusiones a diario, mientras él intentaba imponerme una forma de vida.
                                Seis meses después, me marché de su lado. Durante un tiempo, me llamaba a todas horas para pedirme que volviera a su lado, no cedí, quería una mujer triste y cabizbaja, así me conoció y así le gusté, me era imposible entenderlo, mi naturaleza se negaba en redondo a cambiar por nadie. Me parecía hasta enfermizo.

                               

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