La evolución de los años.

                          Fue una desidia total, siempre pensé que si hubiera mostrado un mínimo de interés, la situación hubiera sido totalmente diferente. Pero en este momento, poca cosa se podía hacer, por no decir casi nada. Pensando de esa forma, iba recogiendo mis escasas pertenencias, a pesar de haber vivido con él un montón de años, no había acumulado casi nada, era como si algo me dijese cual sería el desenlace de nuestra historia, me marchaba a casa de mi hermano y luego ya pensaría lo que iba a hacer.
                Un mes más tarde, ya lo tenía decidido, desde hacía años, había empezado a contactar con un antiguo amor, treinta años sin vernos, pero mantuvimos comunicación en los últimos tiempos. Me abrió las puertas de su casa, fue muy generoso, no me lo pensé mucho, al no tener cargas familiares, me lo podía permitir y la herencia de mis padres me daba para vivir con holgura. Tomé el primer avión y diez horas después me reencontré con él.
                        No me sorprendió el cambio físico de mi amigo porque ya lo había visto por fotos, treinta años, eran muchos y se tenían que notar, a él le pasaría lo mismo.
                          Llegamos pronto a su casa y empezamos a convivir juntos. Al mes, ya estaba harta. No era lo mismo que cuando nos conocimos, en aquel entonces éramos muy jóvenes, con otra forma de ver la vida y otras ilusiones. Ahora, nos habíamos reunido dos personas mayores, con nuestras manías y caprichos, cada uno había evolucionado de diferente manera, no coincidíamos en casi nada, él, era una persona seria y taciturna, yo, quería para mi, gente joven y alegre, que me inculcara eso que notaba que por mor de los años, estaba perdiendo.
                              Dos meses después y con un pretexto de lo más banal, me marché. Me fui a donde siempre había vivido, a mi tierra, en donde me sentía más a gusto, alquilé un apartamento y empecé una nueva vida, el tiempo ya me indicaría..... los pasos a seguir.