Crónica de un maltrato.

                        En aquel momento en que la crueldad y el agobio de la situación me hacían casi sentir como si estuviera viviendo una terrible irrealidad, recordé por un instante, tiempos que pasaron y que no por mejores ni más llamativos los tenía en mente ahora, pero no se porqué me vinieron de repente con increíble lucidez, los visualice de tal manera que parecía que la memoria me jugaba malas pasadas y realmente los estaba viviendo de nuevo. Un nuevo golpe de mi marido me devolvió a la terrible realidad del momento actual, de nuevo me vi sentada en el suelo de la cocina, ovillada y con los brazos alrededor de mis piernas intentando proteger mi cuerpo ya maltrecho. Y de nuevo escuché sus gritos y volví a ver su mano cerca de mi cara, tan cerca, que me fijé incluso en un pequeño arañazo que en medio del desarraigo en que estaba, pensé que se lo había ocasionado el gato, tiempo después, no supe como se me ocurrió en ese momento, pensar cosas tan triviales, pero así surgió.

                              Y surgió también el instante en que vi su pierna derecha hacia mi abdomen, él no sabía que tenía dos faltas de mi menstruación, sentí auténtico pavor en aquel momento sólo el imaginar que pudiera estar embarazada y que la patada me matara a mi futuro hijo, me hizo sacar fuerzas no se de donde, pero me incorporé de un salto y agarrándome a su pierna, le propiné un terrible mordisco en el muslo, el alarido que dio y el salto con el que salí de la cocina fueron todo uno, corrí hasta la puerta de la entrada dando unos rugidos tan aterradores como estrepitosos. 

                                Me refugié en casa de una vecina y desde allí llamamos a la policía. Todavía sigue encarcelado, mi hijo, que hoy cumple un año, me dio fuerzas para ello.