miércoles, 23 de marzo de 2011

Asesinato en el muelle.

                                No bien hube abierto la ventana de mi cuarto y me asomé, cundo pude observar a la extraña pareja, que cerca del muelle, discutían acaloradamente. Me parecieron raros porque no formaban una pareja tradicional, él era mucho mayor que ella, que se notaba que al menos le llevaba diez años. Y en la discusión que tenían, también resultaba curioso que fuera la mujer la que pareciera llevar la voz cantante y al hombre se le notaba como un tanto apocado y tímido. Desde luego, podía pasar, pero no era lo habitual. Ella cada vez se acercaba más a él, sus manos hacia su cara en un alarde de auténtico enfado y el hombre reculaba despacio, balbuceando palabras que no atinaba a escuchar.
                                No necesité demasiado tiempo para ver la increíble rabia que la mujer iba acumulando y de repente, de un golpe impresionante, lo empujó al agua. El grito que solté le hizo volver la mirada, con rapidez me escondí tras la ventana, pero era demasiado tarde, ya me había visto.
                                       Noté sus ojos en los míos y me invadió un miedo atroz, pues una persona tan colérica, sería capaz de cualquier cosa y más habiendo visto como había asesinado impunemente. No lo pensé dos veces,  corrí con rapidez, cuchillo en mano y a la vuelta del camino que subía del muelle, me abalancé sobre ella y... la maté.

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