lunes, 14 de febrero de 2011

CUANDO ME RAPTARON.


Posted by PicasaTodos en traje de etiqueta para acudir al teatro, era una obra de alta alcurnia, de esas que no se suelen representar sino una vez cada diez años. Así que las mujeres nos habíamos vestidos de tiros largos y los hombres como mínimo de traje de chaqueta, los que más, llevaban esmoquin. 
                                    El teatro de bote en bote, no había ni un hueco libre, hacía semanas que el cartel de "no quedan entradas" estaba en la taquilla. En el palco de mi familia, en donde habían seis sillas, nos reunimos los de siempre, mis tres hermanos, mi madre y una sobrina. Disfrutamos de la representación y luego nos marchamos a cenar, como solíamos hacer.
                                    Al salir del restaurante, me marché. No llegué a la cita con mis amigos. En la zona del puerto, en donde estaban las más importantes salas de entretenimiento y de baile, aparqué mi coche en un lugar un tanto aislado, no me di cuenta de que alguien me seguía, sólo se que en un momento determinado, un golpe fuerte en la cabeza, me hizo caer al suelo y después no recordé nada más.
                Al despertarme, con el mundo girando a mi alrededor y viéndolo todo de un oscuro casi total, el único esfuerzo importante en el que me podía ocupar en ese instante, era en el intento practicamente imposible de abrir los ojos. Lo conseguía y segundos después, volvía a desmayarme, no se cuanto tiempo estuve en ese estado, pero imagino que muchas horas, porque de repente se hizo de día. Asustada como estaba, no me moví ni un centímetro, sólo los ojos iban de un lado para otro intentando averiguar algo del lugar en donde estaba.
                 Estaba en una cama de una habitación que no parecía que fuera, como al principio pensé, un camastro de un lugar asqueroso de las afueras, no, se veía todo limpio y hasta con cierto lujo, oía voces en el cuarto de al lado, hombres y mujeres. Intenté incorporarme y lo conseguí a medias, pues la cabeza me daba vueltas, me senté en la cama, procurando no caerme, haciendo el menor ruido posible. Al rato de tener las piernas colgando, empecé a encontrarme mejor y hasta con cierto ánimo. Me puse en pie. Di un par de pasos y me volví a sentar.
                        No entendí el porqué de aquella especie de rapto o lo que fuera, mi familia no era rica, si es cierto que me codeaba con gente de dinero, se tenían que haber equivocado de persona. La puerta del baño estaba abierta y me acerqué a ver lo que había, nada, todo limpio, pero cuando ya iba a salir, no pude evitar pensar que estaba soñando, pues era cierto que la ventana no tenía rejas. Me acerqué y la abrí con cuidado, estábamos en un primer piso, no podía ser que tuviera tanta suerte. Me subí y salté a la calle, corrí como una loca, estaba en medio de la ciudad, seguí corriendo sin mirar atrás y llegué a otro hotel cercano en donde pedí de favor que llamaran a la policía.
                         Me ayudaron enseguida y al punto atraparon a los raptores, que, en efecto, se habían equivocado de persona, tuve suerte dentro de la desgracia. Pero siempre recordaré aquellos momentos tan absolutamente terribles.

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