sábado, 29 de enero de 2011

EXTRAÑOS EN MI CASA.


Posted by Picasa             Que me apasionaba la jardinería, lo sabían todas las personas de mi entorno, el pasar horas en mi pequeño jardín, plantando y arreglando mis flores, era para mi la mejor de las terapias. Vivía sola en un chalet de las afueras de un pequeño pueblo, era herencia de mis padres, la casa, grande y bien cuidada, la estuve manteniendo hasta que hace unos meses me di cuenta que tenía que tomar alguna decisión, porque no podía pagar tanto dinero con mi sueldo. No quería venderla, porque vivir ahí, era una auténtica satisfacción. Así que se me ocurrió que podría alquilar algunas de las habitaciones del piso alto que practicamente no utilizaba.
                     Y así lo hice, dos meses después, mis tres nuevos inquilinos, dos chicas y un chico, ya vivían en mi casa. Ellas trabajaban en la tienda del pueblo y él, vino durante un año como investigador a una universidad cercana. 
                          Los primeros meses, tuvimos una buena convivencia, no los veía demasiado, ellos con su trabajo y yo con el mío. Pero al tercer mes o así, empecé a darme cuenta de cosas que me parecieron un tanto extrañas, no con respecto a las chicas, sino al hombre. Pasaba muchas horas de la noche despierto hablando por teléfono y en el ordenador, lo sabía, por que yo, al ser insomne, me enteraba de lo que pasaba en la casa. Como tengo un cierto espíritu detectivesco, me preocupé y me dediqué a observarlo con mas ahínco. 
                         Una noche, me acerqué a su habitación para escuchar las conversaciones, mi sorpresa fue grande al darme cuenta de que hablaba con una de las chicas de la habitación de al lado. La llamaba por su nombre, pensando que nadie le escucharía a aquellas horas, o sea que se conocían antes de llegar, pensé, no podía imaginar que tipo de relación unía a aquellas tres personas.
                           Al día siguiente, acudí a la policía, no se me ocurrió otra forma, no quería meterme en mi casa de nuevo sin tener aclarado aquel asunto. Efectivamente, ladrones de tres al cuarto, me enseñaron fotos y en seguida fueron a los trabajos de cada uno y los, como se dice en el argot, atraparon. Nunca mas alquilé habitaciones en mi casa, me las arreglé como pude y lo preferí hacer de esa manera antes de estar pasándolo mal con gente desconocida.

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