jueves, 11 de noviembre de 2010

MI VECINA DE ENFRENTE ( VI )

          Decidimos de común acuerdo, todo lo relativo al divorcio, no hubo ningún tipo de problema en ello, me sentí tranquila cuando terminó todo el papeleo, que dicho sea de paso, no duró demasiado tiempo. Al no haber niños de por medio ni propiedades, no tuvimos que firmar sino las cuatro cosas de rigor, todo de común acuerdo. Ahora, nueva vida, otro futuro por delante.
           Cuando me marché lejos, nadie me echó de menos, mis padres sabíande mi ausencia, pero al no tener muchos amigos ni conocidos, no tuve a nadie que pensara en mí.  Yo era una persona bastante reservada y austera en mi vida diaria, no solía compartir con mucha gente mis sentimientos ni mi día a día. A veces es cierto, que la soledad invadía mi tiempo, deseaba estar rodeada de otros seres humanos que hablaran como yo, o que simplemente me dijeran palabras de afecto. Pero no era el caso, me había buscado esa vida aislada y un tanto desligada del resto del mundo.
              Fue una buena idea, encontrar ese piso compartido, no sabía como iba a poder convivir con gente desconocida, pero lo intentaría, pondría en ello todas mis fuerzas. La vivienda era grande, tenía una habitación para mi sola, aunque el baño era común, pero eso era un mal menor.
            Pasados unos días, me dí cuenta, de que enfrente de nuestra casa, había otra terraza, una mujer, pasaba mucho rato en ella, me miraba con frecuencia, sólo a mí, pues mis compañeros estaban la mayor parte del tiempo fuera.  Terminé por mirarla yo también, un día hasta nos sonreímos, la ví mientras se fumaba un cigarro por la tarde, en la otra mano sostenía una copa de vino, que saboreaba con fruición.
          
          


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.