martes, 30 de noviembre de 2010

EL PERRITO

                      El pequeño perrito, igual al milú de los cuentos de tintín, parecía canturrear mientras corría por las callejuelas, pues a pesar de ir sólo, no se le notaba abandonado ni triste. Se me ocurrió seguirle a ver adonde lo llevaba la canción que parecía entonar, por supuesto, que de canción, tenía poco, pero el caminar, el trote, mas bien, era tan seductor y hechicero, que me tenía realmente hipnotizada.
                      Paró en una casita de las tantas que se encuentran en los campos, algo mas cuidada que el resto quizá, ladró un par de veces y una señora salió a abrir la puerta, me miró con curiosidad y me invitó a pasar, mientras me tomaba un café con ella, apareció su hijo, fisicamente, no era como para volver la cabeza, pero cuando Pedro se unió a la conversación y desplegó todos sus encantos, caí redonda a sus pies. Sólo verlo sonreír, ya era todo un poema, una serie de arruguitas  se formaban junto a su boca, en otro parecerían desagradable, en él, era el sumum de la magnificencia, pues nunca había visto a una persona, que con una simple sonrisa, consiguiera que el mundo entero se fijara en él. Conversador como pocos, divertido y rápido, agradable en todos los sentidos y sensible como pocos ¿ que mas se le podía pedir a este hombre?  El enamoramiento surgió por ambas partes, parece mentira, que un simple perrillo, llevara, al final, a una relación de amor.
                   

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