domingo, 31 de julio de 2011

El TDHA y yo.

                                      Lo conocí cuando nació mi hijo pequeño. Hasta entonces ignoraba que existía. Después empecé a hacer repaso a mi vida, a la de mi hijo mayor, mi hermana y mi padre. Todos teníamos características comunes. Éramos unos despistados. Nuestra etiqueta nos persiguió a través del tiempo, de alguna forma se coló en nuestras vidas e hizo que en parte sufriéramos por ello.
                     En el trabajo, yo personalmente lo he llevado muy mal, hay que estar continuamente demostrando. Para cuando te llegan a conoce,r pasa tiempo, entonces compensa, ya saben que aunque seas despistado, eres un buen trabajador, responsable y concienzudo. El problema surge si cambias de trabajo.... me pasó. Y me hicieron la vida imposible. Con razón o sin ella. Me marché. 
                           No se lo que es hacer una sobremesa, no aguanto. Ni estar sentada en algún lugar más de diez minutos, me pueden los nervios, necesito cambiar de sitio. Cursos he hecho a lo largo del tiempo, muchos, nunca acabé ninguno.
                           En casa, hago dos ó tres cosas a la vez, no me gusta comer sentada y muevo un pie constantemente. Soy fumadora compulsiva y bebo refrescos en cantidades. 
                             Por eso seré tan tolerante con el resto del mundo. A pesar de ser como soy, me tengo en muy alta autoestima, pues soy buena madre y profesional y amiga de mis amigos. 
                              Será por la tolerancia que he creado a lo largo del tiempo y que los demás no han tenido conmigo, que cuando mi hijo pequeño perdió sus primeras seis llaves, tres bicicletas y dos móviles...no me enfadé, simplemente, lo entendí.
            


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