Sabiamente entremezcladas, con pulcritud y entendimiento, nos trasladan a donde el escritor quiera, nosotros sólo dejamos paso a la imaginación y el resto se hace solo. Hay libros escritos con curiosidad, preparados minuciosamente por su autor, palabras que nos transportan a otros mundos, que de tan diferentes al nuestro casi no creemos que existan.
Otros libros están escritos en momentos de inspiración, un encuentro, un desenlace y brotan las palabras, entremezclándose unas con otras en una orgía sin fin.
A veces leemos libros en donde el escritor nos narra experiencias propias o ajenas, inventadas o reales y que nos cuenta el sentir de otras personas, de tristezas y desánimos, de despedidas o reencuentros.
Quien quiere a un libro sabe que nunca estará solo, comparte ese entusiasmo con miles de personas. Cada libro cumple su papel de enseñante de lo bueno y a veces de lo no tan bueno. Aprendemos a distinguir entre un autor y otro, entre la forma de escritura de una época y de otra.
La misión básica de un libro es entretener y enseñar. Según sean las vicisitudes o contingencias de nuestra vida, así nos inclinaremos por un tipo de lectura o por otra. Habrá un tiempo en que deseemos leer las vivencias apasionadas de alguien, o los libros de autoayuda, leer a los clásicos o a los filósofos es parte de nuestro aprendizaje cultural, una simple novela policíaca ¿ porque no ? también cumple su papel.
Los apasionados de la lectura sabemos del entusiasmo inenarrable al continuar con el libro que dejamos ayer, o llevar siempre un libro consigo "por si acaso". En ocasiones formamos parte intrínseca del protagonista, sentimos, lloramos y nos alegramos con él.
Podemos apreciar la sensibilidad del escritor y el impacto que nos causa su relato.
Por todo eso y por mucho mas: Gracias, Escritores Del Mundo.
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