Mi nombre es Julián, soy enfermero de profesión y trabajo en un pequeño hospital en las afueras de una gran ciudad. En la actualidad, estoy casado y tengo cuatro hijos, mi mujer es una católica ferviente y se niega a tomar precauciones para no tener más, lo que ella no sabe es que yo me hice la vasectomía hace cinco años. Nuestro hijo más pequeño, tiene uno...
Sí, un añito escaso, y ese es el tiempo, más nueve meses, claro, en que llevo preguntándome como pudo ocurrir. Usted pensará que lo primero que se me vino a la mente fue un desliz de mi mujer, si la conocieran sabría que eso es imposible. Lo segundo que me diría es que fuera al urólogo que me operó y le pidiera explicaciones. Eso fue lo que hice en primer lugar y el resultado después de algunas pruebas es que todo está perfecto y que mi vasectomía funciona al cien por cien.
Entonces como dije, llevo un año buscando una solución a éste misterio. En algún momento he llegado a pensar que bueno, vale, fue una locura de ella, pero por más que rebusco en mi mente el instante en que salió sola de casa, no lo encuentro porque no lo hay.
Los dos niños pequeños aún no van a la guardería, los cuida mi mujer en casa, entre todo lo que tiene que hacer, y los bebés, es casi imposible tener tiempo para nada más. ¿Entonces? Pues eso, entonces,¿que coño ha pasado o que ha hecho ella que yo no sé?
Hice lo que nunca imaginé, le puse un detective privado durante casi un mes, como era amigo de un amigo, no me cobró demasiado. ¿El resultado? Que mi mujer era una santa, niños, compras y parque. Esa era su actividad diaria.
Sin que nadie se enterara, le hice al niño una prueba de ADN. Era mío al cien por cien.
Con el tiempo me olvidé de la historia, no le encontraba explicación y a menudo me venía a la mente, pero había tanto que hacer en casa y estaba siempre tan ocupado, que no tenía tiempo ni para pensar. Empecé mis vacaciones cuando el niño cumplió los tres años, de ahí para atrás las trabajaba pero en esa época necesitaba un descanso.
La mañana en que llegó el ramo de lirios, me encontraba sólo en casa, "el degenerado" no lo sabía, creía que era ella la que lo recibiría, el sobre abierto, me lo confirmó.
Lo mantuve dando vueltas en mi mano durante un rato, pero al fin, lo leí.
Era de mi hermano Claudio, mi gemelo...mi misma cara, mi mismo ADN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.