Las ‘ventajas’ del TDAH
Sin embargo, no solo poseen áreas vulnerables. También gozan de cualidades muy positivas que a veces olvidamos y que hay que fomentar por encima de todo porque desde ellas puede cimentarse el éxito de su vida futura. Muchos son inteligentes, creativos, divertidos y realizan actos elogiosos. Algunos son muy queridos o incluso el alma de su grupo.
Pero de lo que no cabe duda es que la vida con ellos es muy intensa y quererlos supone un gran reto. Más cuando son adultos y no los entendemos, ni gozamos de autoridad para controlarlos, pues nos obligan a estar en permanente alerta.
Por eso poder hablar hoy de la existencia de TDAH en adultos supone un gran avance, un alivio y una luz para muchas personas aquejadas del trastorno y para sus familias, que hasta ahora se enfrentaban a un problema muchas veces invisible. Por suerte, en la actualidad contamos con profesionales ampliamente preparados para un diagnóstico certero y una intervención eficaz.
¿Cómo ayudarles? Esta afectación tiene una contrastada base biológica y la medicación con estimulantes ha demostrado ser, también en los adultos, una pieza clave en la mejora de la sintomatología esencial del cuadro.
Sin embargo, todos los estudios coinciden en establecer que el tratamiento más efectivo es aquél que combina la medicación con una intervención psicológica orientada al desarrollo de habilidades conductuales, cognitivas, sociales, y emocionales que ayuden a controlar los síntomas y los posibles trastornos asociados. S. Young y J. Braham, profesoras del KingsCollege de Londres, fueron pioneras en el desarrollo de un modelo de intervención global para el TDAH en adultos cuya eficacia hoy se encuentra ampliamente contrastada.
No obstante, además de la medicación y la intervención, todos los estudios avalan que la familia constituye una delas piezas clave de la recuperación. Pero en su importante función, necesitan conocimiento y sobre todo mucha ayuda para orientar, contener y estimular a sus seres queridos y, sobre todo, para no desfallecer con ellos.
Por todo lo señalado debemos ser positivos. El diagnóstico y la intervención del TDAH son cada vez más tempranos. Gracias a ello, y aunque es un trastorno crónico, es posible que en un futuro muchos de los que trabajaron en la infancia lleguen a la vida adulta con los síntomas esenciales muy controlados y grandes posibilidades de una vida plena. Existen muchos casos de niños que lucharon incansablemente con ayuda de padres y profesionales y que hoy afrontan la vida adulta con amplias posibilidades de éxito. Sin embargo, todavía existen muchos adultos de nuestra generación que no fueron diagnosticados en edad infantil y a los que aún no se les ha ocurrido buscar la causa de sus males en esa dirección.
Aún queda mucho por hacer. El TDAH en adultos todavía está infradiagnosticado y por ello, mal comprendido e incorrectamente tratado.Ante la sospecha es determinante acudir a profesionales que confirmen el diagnóstico y coordinen el tratamiento. Pero queda un gran reto: reconocer los síntomas y, mucho más difícil, sobre todo para los adultos... pedir ayuda.
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