Me puse unas lágrimas artificiales en los ojos, como hacía todas las mañanas para tenerlos perfectamente limpios, a continuación, eché mano del suero fisiológico en unidosis y vacié una ampolla en los agujeros de mi nariz, ya me había lavado la cara con agua de rosas y sólo me faltaba aplicarme mi fantástica crema matutina a base de alóe vera. Si, soy un poco especial en estas cosas del cuidado personal, pero que quieren, cada uno es como es. Después me di mi ducha diaria y salí a la calle, en la esquina de mi casa se encontraba el centro de masaje al que acudía tres veces por semana, al gimnasio iba otras tres. Como ven, todo controlado.
Salí con tiempo de antelación, porque pensé en pasar por la frutería en donde la compraba sin pesticidas. Así que cogí el coche y cruce la autopista, un enorme camión iba delante de mí, ralentizando el tráfico, me llené de paciencia. En esto, el camión hizo una extraña maniobra y para asombro de los conductores que íbamos detrás, volcó.
Imagínense la que se montó, un accidente de aquellas características, a los pocos minutos, la cola de coches, era interminable, me bajé rauda para ayudar al conductor, posiblemente malherido, se hallaba entre líquido que había caído de la parte de atrás del camión, sangrando y quejándose, pero no parecía con graves lesiones. Al poco llegó la policía, que si levantar atestados, que si su nombre, que si usted es familiar, en fin, que varias horas después, fue cuando alguien dijo que todos estábamos pisoteando..... pesticidas.
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