Me dí perfecta cuenta de que pasaba algo extraño entre ellos dos. No es que hubiera nada fuera de lo común, pero si que se notaba que había algo que se salía de lo normal. No tardé mucho tiempo en enterarme, por que en un barrio pequeño como era en el que vivíamos, en poco tiempo sabíamos todo de todos. No eramos vecinos, ni siquiera acostumbrábamos a vernos con asiduidad, pero si era lo que llamábamos caras conocidas. Durante varios días estuve intentando recordar en que lugar y en que momento los dos hermanos, por que luego me enteré que eran hermanos, formaron parte de mis días, pero fue casi imposible.
Me enteré por las comadres del pueblo lo que me pareció extraño en ellos, eran mellizos, tenían ese punto común. Y a los pocos días, me vino la luz. Se me encendió algo en mi obtusa cabeza y pude recordar. Yo era una adolescente, una pandilla, trece ó catorce chicos y chicas, vivía en un pueblo pequeño, todos juntos a diario. Un buen día, un accidente, hizo que el pueblo saliera del anonimato, un chico había sido asesinado y encontrado por unos campesinos. Los hermanos no sabían que la más pequeña del grupo tuvo que vivir siempre con aquello a sus espaldas, el haberse quedado rezagada, le hizo observar aquella pelea entre tres muchachos, también tuvo que ver como lo mataban.
Lo que no sabían los hermanos, es que la "más pequeña", se había convertido en toda una mujer y que hoy día era....inspectora de policía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.