sábado, 15 de enero de 2011

EL CIRUJANO

                     Salió de la consulta del médico acompañada por su hermana, que condujo su estupendo coche y la llevó a su magnífica casa. Si, porque para gastarse lo que se acababa de gastar en su cuerpo, había que vivir como ella vivía. La acomodaron en la cama y la dejaron, tranquilamente para que descansara. Era la cuarta ó quinta operación de cirugía estética que Aurora le ofrecía a su cuerpo. No era ninguna necesidad, pues era una mujer guapa y sin problemas, al principio, quería estar mejor que ella misma, ahora, ya no sabía realmente cual era su meta, lo que si sabía era que siempre había una operación para que ella se sintiera mejor. Aurora, simplemente, había perdido los papeles, en su tremenda inseguridad, que no sabía enfocar de otra forma, el quirófano era para ella, la consulta del siquiatra. Su cirujano, no ayudaba demasiado, porque la tenía que haber mandado al sicólogo, después ya se vería.
                     Entonces, Claudia e Iván, los hermanos de Aurora, decidieron tomar cartas en el asunto y fueron a hablar con el cirujano. Un hombre prepotente y vanidoso, preocupado más por su imagen que por su profesionalidad, un presuntuoso y creído. Al poco de estar hablando con él, empezaron a hilar cabos, había embaucado a su hermana de tal forma, que la pobre tonta estaba medio enamorada de aquel petimetre. 
                        Cuando su hermana se recuperó, le ofrecieron un viaje para ir los tres juntos a lo que ella aceptó encantada,  un viaje largo, en el que le pudieron quitar de la cabeza, su amor por aquel hombre que no estaba sino haciéndole tanto daño.

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