viernes, 10 de diciembre de 2010

¿PODRÍA PASAR?

                   Jamás. Nunca. No.
              Existía  una remota posibilidad, ínfima, diminuta, de tan pequeña, casi ni la tenía en cuenta. 
           Parecería algo que nos trasladaría a un tiempo que no fuera el nuestro, sino a otro, lejano, un lugar que de tan apartado, no supiéramos ni que existe. 
             Sí, un lugar, tan absolutamente improbable, tan distante, que la lejanía imponía tantas sacudidas, que sería imposible convertirlo en un sitio  de ir y volver. 
               Ciencia-ficción o algo que se le pareciere, cuantas veces, historias semejantes han terminado siendo pura realidad. 
                  En este momento, la llamarada azul y roja que iluminaba el cielo, era auténtica, de tan real, parecería que se podía tocar con las manos.Todos los tonos en que se iba convirtiendo la maravilla del firmamento, eran tan innegables y ciertos, que de tan descarnados y corpóreos, sólo se apetecía sentirlos, olerlos ó como mucho besarlos. Quisiera poder tener la certeza de que todo lo que estaba viendo y sintiendo era existente y verídico, si fuera así, en este preciso momento de mi vida, sólo desearía acercarme un poco mas a toda esa maravilla en que se estaba convirtiendo, a pasos agigantados, mi pequeño planeta.  
                           
          

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