Así es la vida, un camino con un final.
Para unos largo y tortuoso, para otros es tan corto que sólo piden tiempo suficiente para poder hacer realidad sus sueños. En este trayecto estamos todos hermanados, es lo poco que tenemos en común...o lo mucho.
Algunos sueños se quedan en el camino y aparecen otros igual de entusiastas, a veces se transforman en pesadillas que nos hacen recordar películas de terror. Solemos aprender de esos momentos y los transformamos en lecciones futuras.
Aunque a veces no nos demos cuenta, estamos todos en el mismo barco que nos lleva al mismo lugar. Simplemente se trata de aprender para evolucionar hacia la próxima vida. Algunos consiguen el reto, otros se quedan anclados y tendrán que repetir curso, para todos hay soluciones, unas más lentas que otras.
Ser justos y empáticos, dejar que la vida fluya y ser generosos es parte primordial del proceso.
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