"Al levantarme esa mañana tuve una premonición, hoy todo iba a ser distinto. Me equivoqué en parte, pues al llegar a la calle él, como todos los días estaba ahí. Maldije mi suerte y empecé el camino a la fábrica como si no lo hubiera visto. Y como todos los días, crucé la calle y empecé el trayecto, él hizo lo mismo.
Lo odié desde que empezó con el acoso, se lo hice ver en varias ocasiones pero su respuesta era siempre la misma: — "es que te quiero". Y con eso se quedaba tranquilo"...
¿ Que me pasaba?. ¿Porqué no podía seguir?.
Mi creatividad en otro tiempo casi a flor de pie, me había abandonado de la forma más cruel, simplemente no tenía nada que contar.
Me invadió una sensación de angustia y de alguna manera me sentí caer en picado.
Por todos los medios intenté recobrar lo que había extraviado, dicen que suele pasar, que en alguna que otra ocasión, en la vida de la gente que escribe, se quedan en blanco y que hay simplemente que esperar a que la creatividad perdida regrese.
Me duele el alma y tengo el corazón en un puño. ¿Le ha pasado a usted ésto alguna vez? Si es así, compártalo conmigo, quizá sienta el alivio que espero.
Gracias por leerme, Maca.
Me duele el alma y tengo el corazón en un puño. ¿Le ha pasado a usted ésto alguna vez? Si es así, compártalo conmigo, quizá sienta el alivio que espero.
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