lunes, 18 de abril de 2011

La chica del cuadro.

Su sensualidad parecía traspasar el cuadro, pero a la vez se la notaba tan infantil y delicada, que me paré durante un buen rato a mirarla. Algunas personas hicieron lo mismo que yo, pero al poco pasaban de largo, ya era tarde, en breves momentos el museo cerraría sus puertas. Sentí que alguien se había parado tras de mí, me volví a mirar, vaqueros, camiseta blanca y gracioso gorrito blanco, la saludé y sonrío, al darme de nuevo la vuelta, vi que la mujer que tenía tras de mí, era igual que la del cuadro.
Me quedé petrificado, no me atrevía a mirarla otra vez, muy lentamente lo intenté, pero ella ya no estaba. Me dieron ganas hasta de llorar, tengo a la mujer de mis sueños delante y le doy la espalda, seré estúpido, me dije a mí mismo.
Durante varios días seguidos, acudí al museo, pensando que quizá la vería de nuevo, pero nunca sucedió. Hasta que una tarde de Primavera en que salí al parque cercano a pasear a mi perro, la ví. Esta vez no la iba a dejar escapar, así que me acerqué y me presenté. Paseamos e intimamos, nos hicimos buenos amigos....
.......bueno, es verdad, sólo es un cuento, un relato entretenido ¿pero ha que hubiera sido bonito?.

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