Helena, con "hache".

                        Dificilmente pude averiguar en que momento se encontraba, surgieron multitud de tropiezos y dificultades, fue un camino lleno de baches, pero al final, supe como había aparecido esa sombra tan siniestra entre los dos. Ella, tenía nombre propio.

                             Helena con "hache", se llamaba, me hubiera dado lo mismo que tuviera cualquier otro nombre, pero no, tenía uno que recordaba a la antigua Grecia y por tanto, sensualidad y a esto le añado yo, sexo a espuertas. No se si estoy en lo cierto, pero con un nombre así, tenía que ser. 

                              Pero me equivoqué muy mucho, pues Helena con hache, no era la clase de mujer que imaginé, no, era muy distinta. La conocí un día después de haberme enfadado con él, le hablé de otra mujer y se molestó, me dijo algo así como que estaba equivocada y que tenía una imaginación desbordante. En ese momento lo único que se me ocurrió pensar, es que actuaba como suelen hacerlo todos, echando la culpa de lo que pasa a otros, en este caso, a mí, pues según me decía, la ocurrencia de pensar en una mujer con la que no tenía ninguna relación, era una auténtica patología.

                              Me dio ganas de matarlo, de tan segura que estaba de sus mentiras.
          Pero cuando la vi el día en que él se enfermó y ella acudió a verlo, pude darme cuenta del tremendo error en el que había caído. Helena con "hache", tenía casi sesenta años si no más, era catequista y se dedicaba a cuidar niños en una guardería cercana. Quise morirme de la verguenza, lo único que se me ocurrió hacer, fue pedirle disculpas, tanto a ella como a él. A partir de entonces, me volví un poco más cauta en mis apreciaciones, no demasiado...porque ya se sabe...