
El grupo de unas veinte personas, entre antropólogos, ayudantes y portadores, era bastante reducido para lo habitual en estas circunstancias, pues lo normal es llevar mucha más gente, pero nuestro presupuesto, bastante corto, no nos permitía sino escasos medios.
Dos días más tarde, llegamos al lugar que deseábamos, después de un breve descanso, empezamos a trabajar. El poblado era pequeño, tenía todas las necesidades cubiertas, una pequeña tienda y un pequeño baño, con eso nos bastaba. Nos dejaron una jaima para vivir durante el tiempo que estuviéramos allí. El yacimiento no quedaba lejos y la excavación ya estaba medio hecha por otro grupo anterior.
Dos meses más tarde, llevábamos el trabajo muy adelantado, teníamos una buena relación con la gente del lugar y podíamos sentir que nos apreciaban. Pero nos sustituían otros compañeros, nosotros nos marchábamos. Disfrutamos al máximo el tiempo que estuvimos allí, aprendimos de otra forma de vida y de otra manera de vivir. Maduramos como personas en todo ese tiempo.
Dos días más tarde, llegamos al lugar que deseábamos, después de un breve descanso, empezamos a trabajar. El poblado era pequeño, tenía todas las necesidades cubiertas, una pequeña tienda y un pequeño baño, con eso nos bastaba. Nos dejaron una jaima para vivir durante el tiempo que estuviéramos allí. El yacimiento no quedaba lejos y la excavación ya estaba medio hecha por otro grupo anterior.
Dos meses más tarde, llevábamos el trabajo muy adelantado, teníamos una buena relación con la gente del lugar y podíamos sentir que nos apreciaban. Pero nos sustituían otros compañeros, nosotros nos marchábamos. Disfrutamos al máximo el tiempo que estuvimos allí, aprendimos de otra forma de vida y de otra manera de vivir. Maduramos como personas en todo ese tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, gracias por dejar sus comentarios, prometo contestar a todos. Besos, Maca.