Amodorrado bajo un árbol, medio traspuesto por el letargo que el mediodía ocasionaba en toda la comarca, Mauro no se dio cuenta de la visita. Así que Laura, campó a sus anchas entre los animales y el campo, nadie le dijo nada ni le llamó la atención. Acarició a las ovejitas recién nacidas y paseó entre todo el rebaño, no le tenía ningún miedo porque estaba acostumbrada a los animales desde que nació. Al rato, Mauro se despertó y le dio un sonoro grito, que no entendió a que venía, puesto que llevaba ya algo más de media hora dando vueltas alrededor de las ovejas. Discutieron durante un rato y luego ella se marchó muy enfadada, Mauro cogió sus ovejas y también se fue. Eso pasó cuando ellos tenían quince años, fue un verano, después, siguieron sus estudios, ambos fueron a la universidad e hicieron carrera, estuvieron sin verse algo más de siete años. Al volverse a ver de nuevo, no se conocieron, pues los dos tenían casi veinticinco años, el cambio físico era evidente y muy complicado el reconocerse. Laura fue la primera en notar algo del presente que la hizo volver al pasado, así se lo hizo saber y entre los dos después de mucho darle vueltas, averiguaron cual era el inicio de su amistad. Y aquella amistad, llevó a esta otra, así que empezaron una magnífica relación y el amor no tardo mucho en aparecer. Se casaron después de un tiempo de noviazgo, lo que parecía que no iba a llevar a ningún lado, los llevó a muchos años de amor. |
miércoles, 9 de febrero de 2011
CUANDO YO ERA MÁS JOVEN.
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