

Y los dos siguieron estudiando. Ella llegó a un alto cargo en su empresa, él hizo la carrera de director de empresas.
Hoy día, que han pasado diez años, las cosas han cambiado para todos. La madre y el hijo, ya con quince, han dejado atrás el pequeño pueblo en donde vivían y se han trasladado a la gran ciudad, su trabajo así se lo pidió, ella aceptó las condiciones. El padre, ya no vive en la casita del campo, ahora se fabricó un gran chalet en las afueras, queda lejos de la ciudad, pero da lo mismo, para eso tiene una carrera y se pasa el día trabajando.
El hijo. Habría que preguntarle a él como se siente.
Pero luego, las cosas cambiaron, al principio, pareció que sería para mejorar, pero según pasó el tiempo me di cuenta de que no fue así. No por tener más dinero o por tener mejor posición social, significa que uno sea más feliz, lo comprendí por propia experiencia.
Mi madre y yo, que antes nos llevábamos de maravilla, ahora nos pasábamos el día en una pura discusión. Ella, estresada con tanto trabajo, la mayoría de las veces lo traía a casa y lo pagaba conmigo, yo, en el nuevo lugar en donde vivíamos, no lograba tener mi grupo de amigos como tenía antes y me sentía muy frustrado.
En fin, que un día deseé no habernos marchado nunca del sitio de donde vinimos y tener menos dinero pero ser un poco mas felices, esa noche, tuve un sueño, sólo fue una frase : recuerda de donde eres.
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