miércoles, 12 de enero de 2011

EL DR. ROSAS, MI REÚMATOLOGO.

                    La primera vez que acudí a su consulta, yo tenía escasos veinticinco años, el problema era grave, me tuvo que mandar al pequeño equipo reumatológico que por entonces existía en la antigua clínica del Pino. Ahora después de pasados treinta años, volví de nuevo a verlo. El mismo hombre, profesional, campechano, altruista y generoso. El dr. Rosas es así, nunca tiene prisa con sus pacientes, los atiende como si fueran de su familia, me consta. Salimos de la consulta mas relajados, la enfermedad sigue, pero a veces parece que con menos dolores que cuando entramos, no nos miente, simplemente, nos informa, un paciente bien informado es un paciente tranquilo y de alguna manera encuentra un cierto relax en saber los próximos pasos que se van a dar respecto a su patología.
                      El dr. Rosas, mantiene la misma pequeña consulta de la calle Viera y Clavijo, sigue  trabajando en la privada tres veces por semana como hace treinta años, el resto en el Hospital Insular, sigue sin tener ordenador en su consulta, lápiz y papel, ¿ para que más ?. Él trabaja para vivir, no vive para trabajar. 
                     Ha sido abuelo recientemente, dice que no, pero como es primerizo, se que "se le cae la baba", mis más sinceras felicidades desde aquí. Sólo decirle a este médico que aprecio tanto y al que se que todos sus pacientes piensan lo mismo que yo, entre ellas mi amiga Nati,  ! gracias, dr. Rosas, por ser como es !.

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