Mi primo es astrólogo, bueno, eso es lo que él dice, lo cierto es que entiende bastante de astrología. Es una ciencia que le apasiona y para la que se ha preparado a fondo. Mi primo es autodidacta, lo que sabe, lo tiene bien estudiado. Es hijo de aquella generación de los años cuarenta, en que los padres ignoraban a los hijos, en que eso de que la letra con sangre entra, era también norma común en muchas casas y en que muchos niños crecieron tan tarados que salir de todo aquello les costó sudor y lágrimas. Hoy día, a pesar de ser hombres hechos y derechos, todavía están en el proceso, no es tan sencillo.
Mi primo nació y creció con la misma violencia que vivió en su casa, entenderlo es complicado, pero por cuestiones de la vida, como he pasado mucho tiempo con él, lo he llegado a conocer mas intimamente y he descubierto cosas de su persona que nadie conoce. Él ha ido logrando poco a poco, transformar el dolor que lleva dentro en algo positivo para él mismo y para los demás, aunque no le llegue a todo el mundo, pero hace lo posible. Es intuitivo y cariñoso, siempre está de buen humor, se que esa forma de actuar no la puede expresar con toda la gente por igual, para eso, creo que necesitará varias vidas, pero se que en la próxima mía me gustaría encontrarme con mi primo.
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