Las primeras son aquellas de sonrisa permanente y mirada bobalicona que asienten a todo lo que ellos argumentan. Existen.También hay hombres de mirada bobalicona y que dicen si a todo lo que ellas hablan.
Las segundas,son las que suelen molestarles, mujeres con decisión propia, trabajadoras dentro y fuera de casa, organizadoras natas, mujeres con voz propia.
Ya hace tiempo que las mujeres aceptamos nuestra condición como tales, eso incluye civismo, buenas maneras, cortesía y consideración. No tiene sexo la sensibilidad, el tacto, el humanitarismo y la afectividad.
El sexo como tal, es algo inherente a cada uno y hay cosas que pertenecen a la propia intimidad. Atrás deben quedar las demostraciones sexistas y machistas del jefe maleducado y grosero, que humilla y desprecia, que en su mejor vocabulario incluye la ofensa o el insulto.
Las cosas funcionarían mejor si todos fuéramos mas tolerantes y flexibles, considerados y comprensivos,en definitiva, mas humanos. No por ello deberíamos unificarnos, hay características propias de cada sexo, y debemos asumirlas como tal, pero existen las características propias de nuestra condición como personas y son a las que deberíamos dar prioridad.
¿Que nuestras armas de mujer incluyen coquetería y sensibilidad, saber estar y educación, medias negras y tacones ? adelante, salvo en esto último, ellos deberían tomar ejemplo.
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