Una y otra vez soñaba con la escena, desde que me pasó, fue real, me encontraron en el bosque, dos días mas tarde, caminando como un zombi, sin saber donde me encontraba. Tardé varios meses en recuperarme, de todo esto habían pasado muchos años, tantos, que podía acudir otra vez al bosque sin miedo alguno, pero los sueños no me dejaban en paz.
Cuando empecé a ir a la universidad, acabaron las pesadillas, mi compañera de cuarto se solidarizó conmigo, trazamos un plan, que dio bastante buen resultado. Como el sueño empezaba a la misma hora todas las noches, ella sugirió yo te despierto a esa hora y te hablo de que vamos a ir juntas al bosque, o sea que no te veras sola en el paseo, además, te diré que llevo un arma de fuego. Y,efectivamente, tuvo la paciencia de hacerlo de esa forma, como yo no me despertaba nunca del todo, me daba la sensación de que estaba acompañada, era algo muy raro, porque no pensé que diera tan buen resultado, se metía en mi sueño de una manera muy sutil, hasta que después de tres o cuatro noches, cuando el asesino vino a matar a mi perro, ella lo mató con su pistola.
Ese fue, el último sueño, ahí acabaron mis desgraciadas pesadillas.
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