Hay distintos tipos de miradas.
Está quien mira directamente a los ojos mientras dice su verdad y quien esquiva la mirada cuando miente. Hay quien mira con la tristeza indefinible que ocasiona una pérdida o quien lo hace con la esperanza reflejada en sus ojos, son miradas verdes. Hay miradas claras y miradas oscuras, también las hay que cambian de color.
Está quien mira directamente a los ojos mientras dice su verdad y quien esquiva la mirada cuando miente. Hay quien mira con la tristeza indefinible que ocasiona una pérdida o quien lo hace con la esperanza reflejada en sus ojos, son miradas verdes. Hay miradas claras y miradas oscuras, también las hay que cambian de color.
Los hay que en el mirar reflejan odio y resentimiento. Y está la mirada torva del que oculta y el que mira con descaro.
A veces vemos miradas crueles, angustiosas, violentas...
Hay formas de mirar como hay formas de vivir, hay quien mira hacia delante, firme y llanamente, pero los hay que prefieren mirar hacia los lados, son miradas grises.
A veces vemos miradas crueles, angustiosas, violentas...
Hay formas de mirar como hay formas de vivir, hay quien mira hacia delante, firme y llanamente, pero los hay que prefieren mirar hacia los lados, son miradas grises.
Existen las miradas silenciosas que no nos dicen nada y las miradas que nos gritan en silencio.
No nos gusta que nos miren con reproche, ni con desprecio, ni por encima del hombro.
No nos gusta que nos miren y no nos vean, pero tampoco nos gusta mirar y no ver nada.
No nos gusta que nos miren con reproche, ni con desprecio, ni por encima del hombro.
No nos gusta que nos miren y no nos vean, pero tampoco nos gusta mirar y no ver nada.
Existe el mirar hacia dentro y el mirar hacia afuera y miradas individuales y conjuntas. Hay miradas auténticas y otras que simplemente, no lo son.
Nos agrada mirar a un niño, una flor o el azul del mar, pero quien se ha sentido alguna vez reflejado en la profundidad de otra mirada, ya sabe lo que es tener el cielo en sus manos.
Nos agrada mirar a un niño, una flor o el azul del mar, pero quien se ha sentido alguna vez reflejado en la profundidad de otra mirada, ya sabe lo que es tener el cielo en sus manos.
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