domingo, 14 de agosto de 2011

Dinero fácil.

                                   Recorrí el camino de entrada a la casa de mi hermana con inusitada rapidez, generalmente solía hacerlo despacio y con cuidado  que la gravilla no entrara en mis sandalias.  Me esperaba ya preparada, nos íbamos al trabajo, eran las diez de la noche.
                           Empezamos a ejercer la prostitución hacía ya ocho años. Al principio nos dijimos que una vez que pagáramos la matricula de la universidad, lo dejábamos. Después vimos que en ningún trabajo encontraríamos dinero tan fácil de ganar y seguimos haciendo lo que mejor sabíamos, lo que cualquiera puede hacer.
                           Tuvimos que cambiar muchas cosas en nuestra vida y dejar atrás muchas otras. Para empezar nos mudamos de ciudad, la nuestra era casi un pueblo, en poco tiempo se hubieran enterado todos los vecinos. En aquellos días, nuestros padres aún vivían, pero hacía dos años que habían fallecido. Pocas cosas teníamos ya que ocultar, nos daba igual quien supiera nuestra forma de vivir.
                           Fue por esa época, que me quedé embarazada. Entonces empecé a ver las cosas de diferente manera. Y cuando nació la niña, ya me decidí por cambiar la historia de mi vida.
                          Mi hija me hizo cambiar como persona, sólo pretendía que recibiera el mejor de los ejemplos.





                                

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