Me sentía muy feliz, no sabía si era porque se acercaba la primavera, o porque se acercaba el momento de mi boda, más bien creía que era por esto último. En menos de una semana, sería la mujer de Luis, lo había deseado durante tanto tiempo, que me parecía casi imposible. Empezamos la relación hacia ya casi cinco años, al principio, fue algo así como un no se si quiero, pero al poco de ir conociéndonos, empezámonos a entendernos a la perfección, lo que dio paso a una relación de lo mas seria.
Y, si, nos casamos y empezamos una vida en común de lo más agradable. Pero a los pocos meses, empecé a darme cuenta de que habían cosas de mi marido que no terminaban de satisfacerme, pasaba mucho tiempo con amigos que yo no conocía, tenía cuentas bancarias que me ocultaba y había otras cosas que sabía que para mi estaban totalmente veladas. Empecé a tener sospechas, realmente no sabía ni siquiera de qué, pero había algo que estaba fuera de mi alcance y que me gustaría averiguar lo mas pronto posible.
Me puse en ello, me dediqué a investigar lo mas intensamente que pude hasta supe que se dedicaba al tráfico de drogas, no lo pude creer hasta que tuve certeza clara con pruebas también claras, se me vino el mundo abajo, me pareció difícil de entender, pero acudí a la policía y lo denuncié.
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