.....DIENTE POR DIENTE

          El avión aterrizó con extrema suavidad. Un grupo de estudiantes que iban en las últimas filas, aplaudieron, lo que hizo que Victoria se despertara. Miró por la ventanilla y al darse cuenta de la situación, se enderezó y buscó su bolso bajo el asiento. Una media hora después, estaba fuera de la terminal, buscando un taxi con la mirada, que no tardó en llegar. Era azafata y hacía siete días que no estaba en su casa, no deseaba otra cosa que una ducha y una cama. Veinte minutos después  entraban en su urbanización, chalecitos pequeños y apartamentos de uno o  dos dormitorios como el de ella, pagó el taxi y sacó la llave de su casa. Al intentar meterla, pensó que el sueño la había vuelto torpe, pues no podía con la cerradura, lo probó de nuevo, pero nada. Varios esfuerzos terminaron por ponerla nerviosa, ¿ que pasaba ? era su llave, eso estaba claro. De pronto, escuchó voces dentro de la casa, se quedó atónita, nadie tenía su llave, tocó un par de veces y salió su ex-novio, Marcos, no la dejó pasar, había cambiado la cerradura y estaba comodamente instalado con una chica. 

            No podía creer lo que estaba viviendo, acudió a la policía, le dijeron que pusiera una denuncia, tardaría unos días. Se quedó esa noche en casa de una amiga, totalmente desfallecida. El carácter de Victoria era en verdad firme y valiente, de soluciones drásticas, no pensaba dejarse amilanar por este sinverguenza. Y pensó, para mi no será, pero para ti, tampoco.
              La policía le iba dando largas. Estaba harta. Contrató a un cerrajero, e hizo lo mismo que le hizo él, esperó que saliera, cambió la cerradura y entró, cuando llegó le dijo las mismas palabras que en su momento su ex. le había dicho, después en un murmullo suave y contenido susurró, ojo por ojo....