martes, 28 de febrero de 2012

Medianoche...

                                         Agazapado en la copa del árbol, el hombre esperó pacientemente la llegada de la medianoche. Un imperceptible temblor lo estremeció al ver salir la luna llena, el claro bajo sus pies se iluminó de pronto como si alguien hubiera encendido un candil. Oía los sonidos del bosque en la oscuridad de su escondrijo con total nitidez, dio un suspiro profundo e intentó tranquilizarse. 
                       Las sintió llegar antes de verlas. Agarrotadas las manos en una rama, oía el apresurado latir de su corazón en el sepulcral silencio que le rodeaba. 
                            Las mujeres entraron  en fila. Camisolas blancas dejaban ver la transparencia de sus cuerpos. Las primeras llevaban velones negros en las manos, las otras, alforjas llenas de hierbas y brebajes. 
                             En la hoguera que hicieron en el centro, invocaban al maligno. Una danza maldita empezó poco a poco a mover las figuras expectrales, una orgía de mujeres tocadas por ángeles de la  muerte, brazos y piernas en retorcidos movimientos inimaginables, se alzaron de pronto hacia el árbol  al grito de "!Sacrificio, Sacrificio!"... 
                        El hombre supo que no era una leyenda, que lo relatado durante siglos era una horrible realidad y que él...no podría contarlo jamás.      
                                   










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